domingo, 15 de junio de 2014

CONTROL DE ESTABILIDAD (EBD)

El control de estabilidad es un elemento de seguridad activa del automóvil que actúa frenando individualmente las ruedas en situaciones de riesgo para evitar derrapes, tanto sobrevirajes, como subvirajes. El control de estabilidad centraliza las funciones de los sistemas ABS, EBD y de control de tracción.
Para funcionar, el sistema de control de estabilidad necesita de cuatro elementos fundamentales, a saber:
- Unidad de Control Electrónico
- Unidad de Control Hidráulico
- Bomba Hidráulica contralada de forma electrónica
- Sensores
Los sensores a su vez se encuentran conformados por:
- Sensor del volante y dirección
- Sensor de velocidad en cada rueda
- Sensor de movimiento lateral orientado al eje vertical del vehículo
- Sensor de aceleración lateral
La misión de todos estos sensores involucrados en el proceso de funcionamiento del control de estabilidad, se encuentra en que hay que detectar rápidamente cualquier indicio de subviraje y sobreviraje del vehículo para de esa forma enviar la señal correspondiente y que se activen el freno de una de las ruedas, compensando así la trayectoria imponiendo una resistencia negativa en el eje contrario.
Hay que tener en cuenta que este sistema de control de estabilidad debe mantenerse desactivado cuando se circula por un terreno poco adherente, ello debido a que el control de tracción trabajará de forma disminuida al detectar que las ruedas patinan y se involucre al motor en una baja de las revoluciones.
Cuando se aplica una fuerza distinta a la trayectoria que tiene el vehículo, éste tiende a vadearse con una intensidad que dependerá de la velocidad y peso que lleve el vehículo, provocando así la pérdida de control del mismo mientras que el conductor intenta recuperarle moviendo de un lado para otro el volante. En este caso el control de estabilidad se encarga de intervenir en los frenos, motor y hasta en la caja de cambios.

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